Mujeres denuncian acoso sexual en buses y calles de San Salvador
El acoso callejero es un tipo de violencia que se expresa de manera directa o indirecta y que busca manifestar poder sobre una persona así como desigualdad y dominio en el espacio público. Éste afecta a hombres y mujeres por igual; sin embargo, en la mayoría de casos se ven afectadas las mujeres.
El acoso sexual en el transporte público, paradas de buses o la vía pública que sufren las mujeres por parte de hombres es frecuente. Foto EDH / Menly Cortez
Lissania Zelaya, habla sobre el acoso sexual en las calles de San Salvador Foto/Menly Cortez
Víctimas en buses y otros ámbitos cuentan sus experiencias. Foto/Menly Cortez
Foto/Menly Cortez
M.P. nombre ficticio para proteger la identidad. En algunas ocasiones sentí temor porque sabía que eso no estaba bien, pero también sabía que si decía algo podía costarme mi trabajo.
Hablé con mi jefe inmediato, esperando ayuda, pero lo que tuve como resultado fue que él se enterara y comenzara a sacarme de todos los proyectos donde estaba incluida.
Poco después me despidieron.
Gabriela Jordán Un día al mediodía subí al autobús y me dirigí al único asiento vacío al fondo a la par de la ventanilla.
En un momento escuché algunos sonidos, alguien me hablaba, me sentí intimidada, pero aun así volví la mirada y a la par mía en el otro asiento estaba sentado un hombre que se masturbaba. Foto/Menly Cortez
Archivo / Referencia/ Foto/Menly Cortez
K.V, nombre ficticio para proteger identidad. Mi caso ocurre en las zonas cerca de mi residencia cuando paseo a mis perros antes de ir a trabajar. Algunos hombres que solo conozco de vista, en más de alguna ocasión me han pedido mi número telefónico de forma insistente, otras veces han intentado darme cartas o “recados”, me han invitado a salir sin ni siquiera conocerme o yo conocerlos.Foto/Menly Cortez
K.V, nombre ficticio para proteger identidad. o deberíamos tener miedo hasta por los hombres que nos podamos encontrar en la calle, como que si no fuera suficiente el miedo de toda la violencia que vivimos a diario y tampoco cuando contamos nuestras experiencias a otras personas, traten de minimizar lo que a uno le pasa diciéndome que a otras mujeres les ha pasado algo peor.Foto/Menly Cortez
Tatiana Carías. Uno de los profesores durante la clase siempre intentaba tocarme el hombro y el cabello durante las actividades, una que otra vez quiso invitarme a su cubículo para “pláticas o tomar un café”, un día que perdí un examen me dijo que llegará al cubículo, pero yo le dije que haría el proceso que el reglamento universitario exige realizar cuando se pierde una evaluación, él me dijo que no era necesario y que llegara de un solo a su oficina “para arreglar”. Foto/Menly Cortez